Los profesionales sanitarios viven una era llena de novedades tecnológicas que no solo repercuten en su trabajo directo, sino también en su formación continua y, por ende, en la dinámica de su día a día. Un tiempo en el que cada vez reciben más información por más canales, lo que hace que sea complicado gestionar toda esa nube de información, que a veces se puede convertir en una tormenta de novedades, aclaraciones e incluso contradicciones que no siempre resulta fácil asumir. El salto al 2.0 de la salud ha traído muchas ventajas, pero si no se saben gestionar los nuevos entornos, las propias ventajas se pueden convertir en desventajas.