Antes de hablar de Big Data o de eSalud, hay que hablar de datos...
Que los datos son lo más codiciado por las empresas y organizaciones de casi todo el Planeta Tierra, eso ya lo sabemos hace tiempo. Y si no lo sabíamos, empresas como
Google, y sobre
Facebook ya nos habían puesto en sobreaviso en estos últimos años con modelos centrados en un alto porcentaje en saber exclusivamente cosas concretas sobre nosotros.
¿Pero por qué sucede esto?
Nuestros datos engrosan listas que en muchas ocasiones engrosan las cuentas de muchas empresas. Por lo tanto, los datos son un oscuro (más bien claro) objeto del deseo de muchas personas.
Los datos son la nueva moneda de cambio que todas las grandes y pequeñas compañías quieren para realizar negocio con ellos. El bien más preciado. Nuestra forma de interpretarnos y por supuesto de llegar a nosotros.
Sin embargo, hay aspectos a tener en cuenta.
Tener más datos de personas no implica obligatoriamente que haya más información. Por eso, en pleno auge de los datos, con cada vez más los soportes para almacenarlos y las formas de conseguirlos, por lo que obviamente crecen también cada vez más los bancos de datos, y a su vez la información. En ocasiones -y es lo que está sucediendo en muchos casos- la sobre exposición de datos puede verse abocada a una gestión caótica y muy poco optimizada. Sin orden y sin beneficio. Ahí es donde entra la denominada tecnología
Big Data, de la que todo el mundo habla sobre todo en los últimos dos años.
¿Qué es el Big Data?
La tecnología
Big Data no es otra cosa que el almacenamiento y procesamiento de los datos que llegan a ser tan extensos que es imposible procesarlos con los métodos tradicionales y se enfoca en almacenaros, buscarlos, compartirlos de una forma accesible poniendo al alcance de una forma rápida y cómoda de datos que de otra forma sería inaccesibles o infrautilizados. Así, con los datos exactos, localizados y listos para cuando se necesiten (y no perdidos en una acumulación masiva), la tecnología
Big Data aporta su principal valor añadido creando el binomio
obtención de información & generación de conocimiento sobre ella.
Y el quinto párrafo de este artículo es el momento de preguntarse
¿Y qué tiene que ver esto con la eSalud? Pues precisamente ese valor añadido del que hablo es aplicable a muchos ámbitos, y uno de ellos es ni más ni menos que la eSalud.
Aplicar el procesamiento Big Data al sistema sanitario puede suponer un cambio de momento inimaginado para el procesamiento de datos a pequeña y gran escala en sanidad, y lo que eso puede suponer. Y un cambio que favorezca al paciente y a la mejora en su atención,
y en ningún caso comercialice con él, como sí pasa en otros ámbitos.
El
Big Data puede permitir a los sistemas sanitarios ahorrar costes, sobre todo siendo capaces de identificar conductas de sus propios usuarios y pudiendo así, prevenir problemas de salud de los mismos prediciendo futuras enfermedades. Incidiendo al mismo tiempo en la operabiliadad de las
instituciones y
actores que componen el sistema sanitario.
La aplicación de la
tecnología Big Data supondrá un salto de calidad no solo para la gestión clínica y la atención sanitaria, sino también para la investigación, ya que permitirá mejorar los conocimientos sobre muchas enfermedades gracias al mejor tratamiento de los datos.
¿Conocías la tecnología Big Data? ¿Crees que va a beneficiar a la sanidad? ¿Ves algún inconveniente a su aplicación?