Ensayos sobre la eSalud: Las comunidades verticales ¿Más cerca de las empresas que de los pacientes?

Miles de millones de cientos de trillones de empresas pequeñas y grandes (quizás estoy exagerando un poco) se pasan el día intentando averiguar qué hacer para atraer miles de millones de potenciales pacientes (ahora no exagero tanto) en soportes de Internet. Lejos queda ya –al menos para los citados- esos tiempos en los que el paciente y el médico solo se veían en el ambulatorio o en el hospital, y allí establecían su relación, entre ellos y entre otros actores. Todo eso ha cambiado, como reflejamos en otro de nuestros ensayos sobre la eSalud. Y está cambiando, cada día más.

Como sucede, por ejemplo, en la cooperación internacional al desarrollo, preocupa siempre que los intereses de las empresas prevalezcan a los de los beneficiarios, en nuestro caso concreto, los pacientes. En ese caso, los beneficiarios no estarían en el centro de la ayuda (asistencia) y el proceso estaría viciado. Para no cometer ese error, es tan sencillo como el hecho de situar siempre las necesidades de los pacientes en el centro del proceso, algo que la eSalud está haciendo en la mayoría de los casos. Y si no lo está haciendo, debería.



Sin embargo, hace poco, en un acto de salud 2.0 al que acudimos, captó nuestra atención una conversación en el turno de preguntas entre un emprendedor/empresario de la eSalud, y pacientes, profesionales sanitarios y comunicadores especializados. Me llamó la atención por algunas de las afirmaciones que ahí se vertieron sobre el comportamiento de los pacientes en Internet, más concretamente sobre las comunidades verticales y su uso (para los que desconozcan lo que es una comunidad vertical, resumidamente son unas comunidades virtuales online que tienen una temática concreta y que reúnen un contenido de calidad para usuarios con intereses afines y que muchas empresas crean para fidelizar a sus usuarios).

En la conversación, el emprendedor/empresario llegó a plantear que el mejor lugar para que tenga lugar la relación entre médico y paciente son las comunidades verticales, y que se debería fomentar y ‘educar’ a esos pacientes para que las usaran, proponiendo la suya como ‘paraíso’ del paciente, porque presuponía que tenía todo lo que podía necesitar, algo que me resultó muy llamativo. La posterior reflexión que me planteé es ¿Sería mejor para los pacientes en Internet moverse exclusivamente en comunidades verticales?

Sobre el papel, una comunidad vertical puede parecer el sitio perfecto con todas las herramientas para que los pacientes se informen sobre lo que necesitan en Internet. Pero ¿Realmente lo son? La especialización y la implicación que suelen ofrecer estas comunidades son dos bazas y razones a favor junto con la experiencia que puede otorgar el hecho de encontrar a personas en tu misma situación.


Otros factores

Sin embargo, estos tres factores a favor, tienen algunos factores menos favorables en contra. Primero de todo, el enfocar a una comunidad vertical a los pacientes conlleva marcarles el camino, sacarlos de su 'zona de confort' en Internet y llevarlos a un terreno donde no se sienten tan cómodos, en  contra de sus necesidades primarias y a favor de las necesidades empresariales. 

Además, imponer o intentar que se usen va en contra de las necesidades que ellos mismos se marcan. Los pacientes prefieren elegir en Twitter o en Facebook a quién le preguntan, algo que no se escapa a nadie. Luego ellos ya deciden si le preguntan por ahí o través de una web o un blog.

Las comunidades verticales presuponen en el campo de la salud que el paciente quiere tenerlo todo en el mismo lugar, cuando no tiene por qué ser así. En definitiva, el paciente de un mundo físicamente delimitado hasta el extremo donde se lucha (y se paga) por el último centímetro de espacio no quiere oír hablar de fronteras en Internet.

Una empresa dedicada a la eSalud que apueste por las comunidades verticales como mejor y única vía para el paciente se estará olvidando de que el usuario es el que decide en última instancia donde va, y el que marca el camino que surge de sus propias necesidades, y no de las empresariales propias para su propio beneficio. Y por tanto, se está alejando de él y no lo está situando en el centro.  Un paciente que quiera poner un tuit para preguntar algo, lo quiere hacer libremente en Twitter, y no en otro lado. Y eso es un punto que hay que asumir ya. Es más, ya debería estar asumido.

Por tanto, ¿No debemos dejar a un lado los razonamientos lógicos que pueda hacer una  empresa concreta e intentar alinearlas con las necesidades del propio paciente? Los pacientes en Internet observan las herramientas que tienen y utilizan las que más le interesan. Será mucho mejor intentar construir herramientas interesantes que hacer interesantes las que a pesar de los esfuerzos no lo están siendo.