Tras explicar algunos usos que pueden tener Twitter para los pacientes, queremos indagar en la relación que se establece entre el paciente que llega a Internet en general -y a las redes sociales en particular- buscando información sobre patologías o sobre alguna afección que padece o le interesa. ¿Cómo concibe el paciente las redes sociales generalistas en su objetivo? ¿Cómo las debe concebir? ¿Cuál debe elegir para responder a sus dudas?
Imaginemos una situación normal, cotidiana, y que sucede todos los días. Un usuario paciente, en plena búsqueda de contenido, decíde saber más acerca de lo que está buscando y cae en la 'redes' de alguna red social. Si no está en ellas, puede ser el momento para dar el paso y entrar en ellas. Si ya es usuario, puede cambiar la perspectiva, y desde ese momento, empezar utilizarlas como usuario paciente. En ese instante, tras uno de estos dos supuestos, nos queremos preguntar: ¿Tiene las herramientas para hacerlo con garantías? ¿Tiene los conocimientos para saber utilizarlas de forma que le saque el máximo partido y las utilice con el rigor que requiere la salud?
Encontramos aquí de nuevo preguntas que, posiblemente, un paciente empoderado sí sepa afrontarlas o contestarlas pero ¿Y el resto?: ¿Sabe con quién tiene que contactar? ¿A quién seguir para responder sus dudas? ¿Cómo lo tiene que hacer?
Mucho se habla del buen uso de las redes sociales que deben hacer los profesionales sanitarios, incluso se publican guías y artículos sobre ellos. Pero para el paciente ¿Existen esas mismas oportunidades? ¿Se piensa en ellos de la misma forma?
Seguridad y confianza
Por todos es conocida la necesidad de filtrar la información que existe en las búsquedas de contenido sobre la salud en Internet. El paciente debe seguir unas pautas si quiere encontrar información rigurosa, empezando por la identificación del blog o la página en la que busca, y siguiendo por la identificación de los autores y la aplicación de su propia responsabilidad. Incluso se puede dar el caso que tenga la suerte de tener links preescritos por un profesional sanitario o recomendaciones de alguna organización sanitaria. Pero en las redes sociales propiamente dichas ¿Existe este mismo proceso?
Gracias al trabajo de muchos actores sanitarios, la confianza y la seguridad en Internet han sido dos de los pilares en lo que más se han apoyado los pacientes para utillizar las redes sociales, donde han podido conocer nuevas herramientas, canales, portales, profesionales sanitarios y muchos más aspectos que respondan a todas las cuestiones que buscan. El paciente si se adentra por ejemplo, en Twitter o Facebook, tiene páginas o cuentas de profesionales sanitarios u organizaciones, perfectamente identificadas, que comparten contenido filtrado de antimano por un profesional sanitario. Esta tesitura sería perfecta para el paciente. Incluso, dichos profesionales sanitarios u organizaciones a tiro de piedra gracias, precisamente, a las redes sociales.
Lo que está claro es que el paciente debe tener la misma capacidad en redes sociales para realizar un proceso de identificación de los usuarios a los que sigue y de la información (vía links) que encuentra en las redes, siempre siendo consciente de no salir de ese entorno seguro tan necesario, para poder establecer una relación que resuelva todas sus dudas por las que entró en redes sociales. El contacto con el profesional, organización o actor sanitario es necesario para que exista ese uso eficaz de las redes sociales por parte de un paciente.
¿Qué opináis? ¿Cómo véis esta relación?
Imaginemos una situación normal, cotidiana, y que sucede todos los días. Un usuario paciente, en plena búsqueda de contenido, decíde saber más acerca de lo que está buscando y cae en la 'redes' de alguna red social. Si no está en ellas, puede ser el momento para dar el paso y entrar en ellas. Si ya es usuario, puede cambiar la perspectiva, y desde ese momento, empezar utilizarlas como usuario paciente. En ese instante, tras uno de estos dos supuestos, nos queremos preguntar: ¿Tiene las herramientas para hacerlo con garantías? ¿Tiene los conocimientos para saber utilizarlas de forma que le saque el máximo partido y las utilice con el rigor que requiere la salud?
Encontramos aquí de nuevo preguntas que, posiblemente, un paciente empoderado sí sepa afrontarlas o contestarlas pero ¿Y el resto?: ¿Sabe con quién tiene que contactar? ¿A quién seguir para responder sus dudas? ¿Cómo lo tiene que hacer?
Mucho se habla del buen uso de las redes sociales que deben hacer los profesionales sanitarios, incluso se publican guías y artículos sobre ellos. Pero para el paciente ¿Existen esas mismas oportunidades? ¿Se piensa en ellos de la misma forma?
Seguridad y confianza
Por todos es conocida la necesidad de filtrar la información que existe en las búsquedas de contenido sobre la salud en Internet. El paciente debe seguir unas pautas si quiere encontrar información rigurosa, empezando por la identificación del blog o la página en la que busca, y siguiendo por la identificación de los autores y la aplicación de su propia responsabilidad. Incluso se puede dar el caso que tenga la suerte de tener links preescritos por un profesional sanitario o recomendaciones de alguna organización sanitaria. Pero en las redes sociales propiamente dichas ¿Existe este mismo proceso?
Gracias al trabajo de muchos actores sanitarios, la confianza y la seguridad en Internet han sido dos de los pilares en lo que más se han apoyado los pacientes para utillizar las redes sociales, donde han podido conocer nuevas herramientas, canales, portales, profesionales sanitarios y muchos más aspectos que respondan a todas las cuestiones que buscan. El paciente si se adentra por ejemplo, en Twitter o Facebook, tiene páginas o cuentas de profesionales sanitarios u organizaciones, perfectamente identificadas, que comparten contenido filtrado de antimano por un profesional sanitario. Esta tesitura sería perfecta para el paciente. Incluso, dichos profesionales sanitarios u organizaciones a tiro de piedra gracias, precisamente, a las redes sociales.
Lo que está claro es que el paciente debe tener la misma capacidad en redes sociales para realizar un proceso de identificación de los usuarios a los que sigue y de la información (vía links) que encuentra en las redes, siempre siendo consciente de no salir de ese entorno seguro tan necesario, para poder establecer una relación que resuelva todas sus dudas por las que entró en redes sociales. El contacto con el profesional, organización o actor sanitario es necesario para que exista ese uso eficaz de las redes sociales por parte de un paciente.
¿Qué opináis? ¿Cómo véis esta relación?