Por Javier J. Díaz
Crónica del 8ª Health 2.0 Madrid
El debate, pequeño, mediano o grande, y venga de donde venga, siempre es positivo. El intercambio de ideas, si esconden intenciones y proyectos detrás de ellas, siempre aporta algo al diálogo, y la participación, si viene de los actores que forman un grupo o un sector, siempre deja sorpresas y vertebra ese debate y el automático intercambio de pensamientos que remueve algo en el interior y le da continuidad a la llama de la eHealth.
Una mecha que volvieron a prender ayer decenas de profesionales del sector sanitario interesados en la innovación y la tecnología aplicada a la salud en el 8º Health 2.0 Madrid, esta vez bajo el foco de la comunicación digital y en un contexto claramente marcado por el networking, el cara a cara y el análisis de tendencias y novedades. Siempre, contextualizado, en el espíritu singular de los chapter, donde los protagonistas son los asistentes y su interés en común, en este caso, la innovación en salud y la tecnología médica. Como siempre, los que no acepten estas reglas de juego, que apuesten a otro caballo.
Entre el goteo constante de asistentes que llegaban a la sala del Flagship Store de Telefónica quedó patente que sigue habiendo interés por eventos de eSalud, sobre todo si se focaliza un tema para un segmento concreto (y evitar en un evento de tamaño pequeño que demasiados intereses se diluyan por falta de profundidad). También se dejó entrever que aunque hay caras que nunca fallan (y que no lo hagan por el bien de la propia participación) sigue habiendo nuevos interesados que saltan a la palestra y llegan con fuerza para impulsar el debate.
También quedó patente que cuando estos eventos desaparecen por un periodo de tiempo determinado, en vez de ir muriendo, el interés crece debido a su ausencia. En definitiva, la propia comunidad se autoexige de una forma subyacente verse las caras y dialogar para repasar la actualidad de muchos aspectos del sector, a pesar de ser un día laborable, a última hora de la tarde y con lluvia.
Utilizar herramientas útiles...
El Grupo de Nuevas Tecnologías de la Sociedad Madrileña de Medicina de Familia y Comunitaria (SoMaMFyC) abrió la veda rápido y puso sobre la mesa las debilidades versus las oportunidades en las herramientas de la comunicación digital entre actor sanitario y paciente. En un excelente repaso, el Dr. José Ávila, capaz de estar en muchos foros sin ser repetitivo (cualidad que debería valorarse mucho más), habló de inteligencia artificial e inteligencia virtual, términos muy amplios, pero desde la perspectiva del paciente de a pie y aterrizándolos ambos para enseñar, por ejemplo, lo que aportan ahora mismo los 'chatbots' como herramientas de comunicación digital que puede ser válida bien llevada.
Propuso revisar la definición de inteligencia, en un repaso rápido del panorama concreto, que amenizó con su experiencia y en el que introdujo tanto la prudencia como la ilusión de un médico ansioso por utilizar las TIC para mejorar la salud, que es al fin y al cabo de lo que se trata. No habló de libros, ni de marcas, ni de patentes (lo que se agradeció mucho). Habló de cosas que pueden ser útiles para el paciente si el sanitario y la propia organización sanitaria saben utilizarlas y apostar por ellas. ¿Cómo debería ser?
...para que el paciente entienda...
Tras el ejercicio inicial de crítica y constructivismo, se fue el médico y 'apareció' el paciente. Irrumpió de la mano de Rocío Molina que, desdoblándose con una bata blanca, se puso en el papel de uno (el médico) y de otro (el paciente). Explicó según su visión cómo plantea arreglar (o al menos proponerlo) ese eslabón perdido que la tecnología aún no ha encontrado: el salto de la comunicación médico-paciente de la consulta a casa.
Molina, con su propuesta de utilizar el 3D para algo que sirva (y no para ver solo películas de tiros o muñecos en la tele o en el cine), se puso la bata blanca para llamar la atención al público y al propio sistema sanitario a base de saltos. Primero, del salto que existe a veces en la explicación y conocimiento de una patología por parte del médico cuando se lo explica al paciente en su consulta. Segundo, del salto que hay cuando este llega a casa. Tercero, del abismo que se puede crear si al paciente se le ocurre mirar en Internet. Un verdadero triple salto hacia la confusión.
En definitiva, una vía de comunicación a veces más parecida a un 'teléfono escacharrao' en toda regla que propone arreglar y mejorar con la aplicación del 3D. "Queremos que el paciente sepa explicarle al médico lo que le pasa, y el médico sepa explicarle bien el tratamiento". Ese fue básicamente su mensaje, apoyado por una propuesta en 3D para explicar patologías y dolencias concretas.
Partir de la base de que implementar siempre imágenes 3D ayudarían al paciente a entender mucho mejor lo que sucede dentro de su cuerpo es, desde un punto de vista teórico, ilusionante, aunque bastante más cuestionado cuando se focaliza desde otra perspectiva más práctica, pensando en el tipo de paciente y médico actual en España, sin hablar de los medios con los que cuentan, algo que, sin desmerecer para nada la propuesta, no pasó desapercibido en el debate posterior.
...y decida cómo se quiere comunicar...
La ansiada transformación digital hecha realidad llegó para cerrar la ronda de ideas con Dubitat, otra propuesta de unir a médico y paciente a través de un dispositivo (de las que en estos encuentros ya se han visto unas cuantas...) pero con una inyección de funcionalidad más depurada que lo visto hasta la fecha para conseguir a médicos y pacientes entre sus supporters.
Dubitat recordó que hay que ser ambicioso y tener claro el aporte de valor de cada proyecto. De entrada, quiere ser el sistema por el que se comuniquen pacientes con sus médicos (a los que ya conocen) para consultarles dudas. Se desmarcan de la premisa de encontrar un médico repentinamente y apelan a esa comunicación fortalecida ahora por la comodidad la personalización de las nuevas tecnologías.
La mayor voluntad de Dubitat es su apuesta por sincronizar necesidades de médicos con las de sus pacientes y viceversa, para conseguir una relación de win-win para ambas partes. Su reto, al menos en España, conseguir que un paciente pague por una consulta online. Su proyecto está capacitado para hacerlo, en lo que sería la evidencia de que la transformación digital existe no solo en los pilotos, sino también en la cultura del paciente, marcando una nueva forma de comunicarse digitalmente que sustituya o complemente a la habitual.
...en la era de la comunicación digital
Los diferentes argumentos sostenidos en las exposiciones dejaron claro que la comunicación digital es una nueva vía que va a hacer en el futuro (y ya hace en el presente) tanto a médico como a paciente cambiar su forma de trabajo para adaptarse a las nuevas necesidades de ambos, pero que de momento tiene el reto de convivir con la comunicación tradicional y ensamblarse con ella hasta que suceda esa transformación. Algo que ya intuimos desde hace unos años.
Las ideas y propuestas que las personas que creen en la innovación aplicada a la salud están aportando son un impulso, y si no las hay, no habrá impulsos. Cada vez nos comunicamos más, ahora solo falta que cada vez nos comuniquemos mejor cuando hablamos de salud, y para ello hacen falta propuestas que validen las nuevas vías de comunicación digital que serán el futuro que ya sabemos que va a llegar.
Crónica del 8ª Health 2.0 Madrid
El debate, pequeño, mediano o grande, y venga de donde venga, siempre es positivo. El intercambio de ideas, si esconden intenciones y proyectos detrás de ellas, siempre aporta algo al diálogo, y la participación, si viene de los actores que forman un grupo o un sector, siempre deja sorpresas y vertebra ese debate y el automático intercambio de pensamientos que remueve algo en el interior y le da continuidad a la llama de la eHealth.
Una mecha que volvieron a prender ayer decenas de profesionales del sector sanitario interesados en la innovación y la tecnología aplicada a la salud en el 8º Health 2.0 Madrid, esta vez bajo el foco de la comunicación digital y en un contexto claramente marcado por el networking, el cara a cara y el análisis de tendencias y novedades. Siempre, contextualizado, en el espíritu singular de los chapter, donde los protagonistas son los asistentes y su interés en común, en este caso, la innovación en salud y la tecnología médica. Como siempre, los que no acepten estas reglas de juego, que apuesten a otro caballo.
Entre el goteo constante de asistentes que llegaban a la sala del Flagship Store de Telefónica quedó patente que sigue habiendo interés por eventos de eSalud, sobre todo si se focaliza un tema para un segmento concreto (y evitar en un evento de tamaño pequeño que demasiados intereses se diluyan por falta de profundidad). También se dejó entrever que aunque hay caras que nunca fallan (y que no lo hagan por el bien de la propia participación) sigue habiendo nuevos interesados que saltan a la palestra y llegan con fuerza para impulsar el debate.
También quedó patente que cuando estos eventos desaparecen por un periodo de tiempo determinado, en vez de ir muriendo, el interés crece debido a su ausencia. En definitiva, la propia comunidad se autoexige de una forma subyacente verse las caras y dialogar para repasar la actualidad de muchos aspectos del sector, a pesar de ser un día laborable, a última hora de la tarde y con lluvia.
Utilizar herramientas útiles...
El Grupo de Nuevas Tecnologías de la Sociedad Madrileña de Medicina de Familia y Comunitaria (SoMaMFyC) abrió la veda rápido y puso sobre la mesa las debilidades versus las oportunidades en las herramientas de la comunicación digital entre actor sanitario y paciente. En un excelente repaso, el Dr. José Ávila, capaz de estar en muchos foros sin ser repetitivo (cualidad que debería valorarse mucho más), habló de inteligencia artificial e inteligencia virtual, términos muy amplios, pero desde la perspectiva del paciente de a pie y aterrizándolos ambos para enseñar, por ejemplo, lo que aportan ahora mismo los 'chatbots' como herramientas de comunicación digital que puede ser válida bien llevada.
Propuso revisar la definición de inteligencia, en un repaso rápido del panorama concreto, que amenizó con su experiencia y en el que introdujo tanto la prudencia como la ilusión de un médico ansioso por utilizar las TIC para mejorar la salud, que es al fin y al cabo de lo que se trata. No habló de libros, ni de marcas, ni de patentes (lo que se agradeció mucho). Habló de cosas que pueden ser útiles para el paciente si el sanitario y la propia organización sanitaria saben utilizarlas y apostar por ellas. ¿Cómo debería ser?
...para que el paciente entienda...
Tras el ejercicio inicial de crítica y constructivismo, se fue el médico y 'apareció' el paciente. Irrumpió de la mano de Rocío Molina que, desdoblándose con una bata blanca, se puso en el papel de uno (el médico) y de otro (el paciente). Explicó según su visión cómo plantea arreglar (o al menos proponerlo) ese eslabón perdido que la tecnología aún no ha encontrado: el salto de la comunicación médico-paciente de la consulta a casa.
Molina, con su propuesta de utilizar el 3D para algo que sirva (y no para ver solo películas de tiros o muñecos en la tele o en el cine), se puso la bata blanca para llamar la atención al público y al propio sistema sanitario a base de saltos. Primero, del salto que existe a veces en la explicación y conocimiento de una patología por parte del médico cuando se lo explica al paciente en su consulta. Segundo, del salto que hay cuando este llega a casa. Tercero, del abismo que se puede crear si al paciente se le ocurre mirar en Internet. Un verdadero triple salto hacia la confusión.
En definitiva, una vía de comunicación a veces más parecida a un 'teléfono escacharrao' en toda regla que propone arreglar y mejorar con la aplicación del 3D. "Queremos que el paciente sepa explicarle al médico lo que le pasa, y el médico sepa explicarle bien el tratamiento". Ese fue básicamente su mensaje, apoyado por una propuesta en 3D para explicar patologías y dolencias concretas.
Partir de la base de que implementar siempre imágenes 3D ayudarían al paciente a entender mucho mejor lo que sucede dentro de su cuerpo es, desde un punto de vista teórico, ilusionante, aunque bastante más cuestionado cuando se focaliza desde otra perspectiva más práctica, pensando en el tipo de paciente y médico actual en España, sin hablar de los medios con los que cuentan, algo que, sin desmerecer para nada la propuesta, no pasó desapercibido en el debate posterior.
...y decida cómo se quiere comunicar...
La ansiada transformación digital hecha realidad llegó para cerrar la ronda de ideas con Dubitat, otra propuesta de unir a médico y paciente a través de un dispositivo (de las que en estos encuentros ya se han visto unas cuantas...) pero con una inyección de funcionalidad más depurada que lo visto hasta la fecha para conseguir a médicos y pacientes entre sus supporters.
Dubitat recordó que hay que ser ambicioso y tener claro el aporte de valor de cada proyecto. De entrada, quiere ser el sistema por el que se comuniquen pacientes con sus médicos (a los que ya conocen) para consultarles dudas. Se desmarcan de la premisa de encontrar un médico repentinamente y apelan a esa comunicación fortalecida ahora por la comodidad la personalización de las nuevas tecnologías.
La mayor voluntad de Dubitat es su apuesta por sincronizar necesidades de médicos con las de sus pacientes y viceversa, para conseguir una relación de win-win para ambas partes. Su reto, al menos en España, conseguir que un paciente pague por una consulta online. Su proyecto está capacitado para hacerlo, en lo que sería la evidencia de que la transformación digital existe no solo en los pilotos, sino también en la cultura del paciente, marcando una nueva forma de comunicarse digitalmente que sustituya o complemente a la habitual.
...en la era de la comunicación digital
Los diferentes argumentos sostenidos en las exposiciones dejaron claro que la comunicación digital es una nueva vía que va a hacer en el futuro (y ya hace en el presente) tanto a médico como a paciente cambiar su forma de trabajo para adaptarse a las nuevas necesidades de ambos, pero que de momento tiene el reto de convivir con la comunicación tradicional y ensamblarse con ella hasta que suceda esa transformación. Algo que ya intuimos desde hace unos años.
Las ideas y propuestas que las personas que creen en la innovación aplicada a la salud están aportando son un impulso, y si no las hay, no habrá impulsos. Cada vez nos comunicamos más, ahora solo falta que cada vez nos comuniquemos mejor cuando hablamos de salud, y para ello hacen falta propuestas que validen las nuevas vías de comunicación digital que serán el futuro que ya sabemos que va a llegar.