Las redes sociales son muy entretenidas pero a veces pueden llegar a ser temibles por el uso que se hace de ellas. Es obvio que han democratizado internet, con el reflejo que eso tiene en la sociedad actual. Pero la vez han dado voz a muchas personas, marcas e instituciones que han generado mucha información, a veces difícil de ordenar, de colocar en su canal adecuado, y que puede producir demasiados impactos o incluso desembocar en las temidas infoxicación o desinformación.
Si nos centramos en Facebook como herramienta de difusión e interacción, no se puede dejar pasar la ocasión para analizar realmente la función que Facebook puede ejercer en la eSalud, es decir, en los nuevos entornos en los que se comunican los pacientes y los profesionales sanitarios, además de otros actores como las organizaciones sanitarias. ¿Puede servir Facebook como canal que aporte un valor añadido? ¿O hay que tener mucho cuidado con él en temas de salud?
De entrada, Facebook ofrece visibilidad online a muchos profesionales y organizaciones sanitarias, y a su vez ha servido para que muchos pacientes, usuarios de la red social, se acerquen a ellos por este canal. Y esto nos lleva a la reflexión que titula este artículo. Una vez se encuentran ambos en este canal ¿Qué función debe cumplir Facebook para ellos?
Difusión y divulgación
Está claro que a pesar de que la red tenga amantes y detractores por igual, hay una función que le puede venir como anillo al dedo: la de amplificador. La difusión y divulgación por un canal como Facebook puede tener un potencial inmeso y con mucho impacto y ser, en definitiva, un buen canal de comunicación, si se realiza conociendo el medio y por supuesto con un mensaje de calidad avalado por un emisor con garantías plenamente identificado.
Pero más allá de esta función amplificadora ¿Podría servir para realizar campañas de difusión sanitaria de alguna institución o divulgación por parte de actores sanitarios? ¿Tiene potencial para ello? Según el reciente documento de la Organización Médica Colegial 'Manual de estilo para médicos y estudiantes de medicina sobre el buen uso de redes sociales':
Privacidad
Sin embargo, la función de Facebook como canal para difundir o divulgar ¿Puede ir más allá? ¿Puede Facebook servirle para algo más a un usuario como por ejemplo realizar una consulta médica de una forma segura? Este debate todavía se mueve en muchos foros, y se seguirá moviendo con toda probabilidad. El citado manual, con ejemplos instructivos, también aclara este punto:
Hace unos días, la red social por excelencia mundial, anuncio que a partir del 1 de enero, de nuevo cambia sus políticas relativas a los datos de cada usuario. En su nueva privacidad Facebook quiere asegurarse de que se comparta exactamente lo que cada usuario quiera e incluir recordatorios para que las personas compartan contenido de forma pública. ¿Los usuarios se van a sentir más seguros a partir de ahora? ¿Se pueden fiar de no ser espiados?
El principal escollo que tiene Facebook para ir más allá de la mera difusión en salud es precisamente las pocas garantías de confidencialidad entre médico y paciente que ofrece, a pesar de los cambios en su política de privacidad, con pocas garantías, debido al interés publicitario (por la capacidad de segmentación de la red social) que se esconde detrás.
El pediatra Jesús Garrido, cuyo Facebook -a través del que no responde a ninguna consulta médica-, cuenta con más de 1.200.000 'Me gusta', lo tiene muy claro en este aspecto: "Las redes sociales no reúnen las mínimas garantías de confidencialidad, identificaciónn, seguimiento y registro para dar asistencia sanitaria. Las redes sociales son herramientas de divulgación, y no de consulta".
Si nos centramos en Facebook como herramienta de difusión e interacción, no se puede dejar pasar la ocasión para analizar realmente la función que Facebook puede ejercer en la eSalud, es decir, en los nuevos entornos en los que se comunican los pacientes y los profesionales sanitarios, además de otros actores como las organizaciones sanitarias. ¿Puede servir Facebook como canal que aporte un valor añadido? ¿O hay que tener mucho cuidado con él en temas de salud?
De entrada, Facebook ofrece visibilidad online a muchos profesionales y organizaciones sanitarias, y a su vez ha servido para que muchos pacientes, usuarios de la red social, se acerquen a ellos por este canal. Y esto nos lleva a la reflexión que titula este artículo. Una vez se encuentran ambos en este canal ¿Qué función debe cumplir Facebook para ellos?
Difusión y divulgación
Está claro que a pesar de que la red tenga amantes y detractores por igual, hay una función que le puede venir como anillo al dedo: la de amplificador. La difusión y divulgación por un canal como Facebook puede tener un potencial inmeso y con mucho impacto y ser, en definitiva, un buen canal de comunicación, si se realiza conociendo el medio y por supuesto con un mensaje de calidad avalado por un emisor con garantías plenamente identificado.
Pero más allá de esta función amplificadora ¿Podría servir para realizar campañas de difusión sanitaria de alguna institución o divulgación por parte de actores sanitarios? ¿Tiene potencial para ello? Según el reciente documento de la Organización Médica Colegial 'Manual de estilo para médicos y estudiantes de medicina sobre el buen uso de redes sociales':
"Las redes sociales utilizadas adecuadamente constituyen una herramienta que puede ser útil en la divulgación del conocimiento médico a la sociedad. El concepto de “acto médico” es muy amplio según el Código Deontológico, y el apartado de promoción de la salud puede realizarse en parte a través de redes sociales".
Afirmación que se aplicaría por tanto a Facebook.
Privacidad
Sin embargo, la función de Facebook como canal para difundir o divulgar ¿Puede ir más allá? ¿Puede Facebook servirle para algo más a un usuario como por ejemplo realizar una consulta médica de una forma segura? Este debate todavía se mueve en muchos foros, y se seguirá moviendo con toda probabilidad. El citado manual, con ejemplos instructivos, también aclara este punto:
"Atendiendo al Código Deontológico, se interpreta que, a priori, no son adecuadas las consultas médicas basadas exclusivamente en redes sociales, salvo en el caso de una segunda opinión, y siempre salvaguardando la confidencialidad"
Hace unos días, la red social por excelencia mundial, anuncio que a partir del 1 de enero, de nuevo cambia sus políticas relativas a los datos de cada usuario. En su nueva privacidad Facebook quiere asegurarse de que se comparta exactamente lo que cada usuario quiera e incluir recordatorios para que las personas compartan contenido de forma pública. ¿Los usuarios se van a sentir más seguros a partir de ahora? ¿Se pueden fiar de no ser espiados?
El principal escollo que tiene Facebook para ir más allá de la mera difusión en salud es precisamente las pocas garantías de confidencialidad entre médico y paciente que ofrece, a pesar de los cambios en su política de privacidad, con pocas garantías, debido al interés publicitario (por la capacidad de segmentación de la red social) que se esconde detrás.
El pediatra Jesús Garrido, cuyo Facebook -a través del que no responde a ninguna consulta médica-, cuenta con más de 1.200.000 'Me gusta', lo tiene muy claro en este aspecto: "Las redes sociales no reúnen las mínimas garantías de confidencialidad, identificaciónn, seguimiento y registro para dar asistencia sanitaria. Las redes sociales son herramientas de divulgación, y no de consulta".