Las TIC han traído un mundo lleno de cosas nuevas con las que voluntariamente, o no, hemos tenido que aprender a convivir, si queremos seguir inmersos en algunos canales, por ejemplo, de comunicación. Sin vuelta atrás en una aventura sin retorno que afecta cada vez más a muchos ámbitos.
Uno de esas 'cosas' nuevas que han traído han sido las herramientas. Antes de Internet, la palabra herramienta se refería casi en exclusiva para el gran público a una herramienta física, con la que construir, hacer algún tipo de acción con ella para algo. Sin embargo, a raíz de la globalización de Internet y de la posterior llegada de las TIC, la palabra herramienta cogió mucho protagonismo primero, en nuestro vocabulario, y después, en nuestro día a día. Eso sí, los cambios no afectaron a su concepto, y las herramientas siguen siendo utensilios, físicos o no, con los que 'construir' algo de alguna manera.
En este devenir de cambios, hoy día es casi imposible trabajar conectado a Internet y no utilizar una herramienta y menos en el ámbito de la salud. Las herramientas han cambiado la forma de hacer las cosas. Nacidas para facilitar tareas, han ido creciendo y multiplicándose existiendo una (como mínimo) por cada tarea, y a la vez, naciendo herramientas para gestionar herramientas que a su vez gestionan otras herramientas, en un bucle, que a veces, parece el de nunca acabar. En esa vorágine viciosa, a la que la eSalud no es ajena, marca el panorama: cualquier acción que queramos hacer, que sea continuada en el tiempo y se realice a la vez que otra, tiene una herramienta para hacerse. Y parece no tener fin.
Uno de esas 'cosas' nuevas que han traído han sido las herramientas. Antes de Internet, la palabra herramienta se refería casi en exclusiva para el gran público a una herramienta física, con la que construir, hacer algún tipo de acción con ella para algo. Sin embargo, a raíz de la globalización de Internet y de la posterior llegada de las TIC, la palabra herramienta cogió mucho protagonismo primero, en nuestro vocabulario, y después, en nuestro día a día. Eso sí, los cambios no afectaron a su concepto, y las herramientas siguen siendo utensilios, físicos o no, con los que 'construir' algo de alguna manera.
En este devenir de cambios, hoy día es casi imposible trabajar conectado a Internet y no utilizar una herramienta y menos en el ámbito de la salud. Las herramientas han cambiado la forma de hacer las cosas. Nacidas para facilitar tareas, han ido creciendo y multiplicándose existiendo una (como mínimo) por cada tarea, y a la vez, naciendo herramientas para gestionar herramientas que a su vez gestionan otras herramientas, en un bucle, que a veces, parece el de nunca acabar. En esa vorágine viciosa, a la que la eSalud no es ajena, marca el panorama: cualquier acción que queramos hacer, que sea continuada en el tiempo y se realice a la vez que otra, tiene una herramienta para hacerse. Y parece no tener fin.