¿Puede ser la tecnología el arma definitiva para luchar contra el sida? ¿Acabará reduciendo los nuevos positivos del VIH hasta llegar al denominado 'Objetivo cero'? El Dr. Santiago Moreno es el Jefe de Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Ramón y Cajal, en Madrid, un centro de referencia a nivel nacional y una de las personas que mejor sabe cuáles son las vías definitivas para rebajar las denominadas 'cifras del sida' que afectan a tantas personas y cuya curva no termina de ir hacia abajo. Hoy, Día Mundial de la Lucha contra el Sida, repasamos con él los factores más importantes a tener en cuenta para ganar esta batalla.
¿Por qué sigue siendo tan importante la lucha contra el sida?
La infección por el VIH sigue siendo un problema importante por varias razones. Se trata de un problema de salud importante. Aunque su mortalidad no es elevada (1% anual), sigue asociando una alta morbilidad, con la presencia frecuente de enfermedades asociadas. Por otro lado, supone recibir tratamiento de por vida con la toxicidad asociada a cualquier medicación que se administra. Aunque la medicación antirretroviral ha mejorado enormemente en tolerancia y baja toxicidad, no puede ignorarse este problema. Por último, supone un gasto enorme en fármacos y otros cuidados. Por todo ello, se debe mantener la alerta para disminuir al máximo la transmisión del VIH y la aparición de nuevos casos de infecciones.
Cada vez hay más información en asociaciones, centros sanitarios, hospitales, Internet, etc., pero los nuevos diagnósticos anuales no bajan ¿Qué provoca esta situación asimétrica?
La transmisión se produce por un mecanismo muy atávico, las relaciones sexuales, lo que convierte en difícil cual estrategia de control que dependa de la voluntad de las personas. A esa razón de base se suman otras que han sido importantes en los últimos años. Se ha adquirido conciencia de que la infección por VIH no es una enfermedad mortal, sino que, al contrario, se controla adecuadamente con una medicación eficaz y bien tolerada. Esto ha hecho disminuir los cuidados de prevención por parte de personas con prácticas de riesgo. Todo esto junto con el pensamiento frecuente de “a mí no me va a tocar”, determina que a pesar de la buena información de la que se dispone y a la que es fácil acceder se siga produciendo la transmisión frecuente del virus.
¿Qué les diría a todas esas personas se han ‘relajado’ debido a que el VIH ‘ya no es mortal’ y que han dejado de tomar precauciones debido a la cronificación, en muchos casos, de la enfermedad?
Hay dos aspectos sobre los que se debee reflexionar antes de exponerse a una conducta de riesgo sin las debidas precauciones. Es mejor estar sano sin medicación que tener que tomar medicación para estar sano. El estado de salud nunca será el mismo y la exposición a medicamentos, por buenos que sean, tiene sus riesgos. Por otro lado, las personas infectadas por VIH en tratamiento antirretroviral tienen escaso riesgo de transmitir la infección a sus parejas, pero mientras esa posibilidad no sea cero obliga a que las relaciones sexuales con sus parejas queridas tengan que verse, todavía, limitadas de algún modo por el riesgo de transmisión. Son dos buenas razones para intentar no infectarse.
¿En qué medida la tecnología han revolucionado la lucha contra el sida? ¿Y el desarrollo de nuevas vacunas?
La auténtica revolución en la lucha contra el sida ha sido la aparición del tratamiento antirretroviral y los excelentes medicamentos de los que disponemos. Ellos solos podrían ser, indicados en diferentes situaciones, suficiente para controlar la epidemia de infección por VIH en el mundo. Ha habido otros avances que han sido esenciales para que la historia esté siendo positiva. Sin la determinación de la carga viral, los estudios de resistencia y otros avances técnicos no habría sido posible alcanzar el progreso que se ha alcanzado. Las vacunas, tanto las que se pudieran utilizar para prevención como para tratamiento, están todavía lejos de ser una realidad, pero seguramente supondrán la solución definitiva para la enfermedad.
De uno a 10 ¿Cómo de lejos está la vacuna ahora mismo?
Si 0 es estar lejos y 10 es conseguir la vacuna, estamos en el 3.
La solución estatal para poner fin al incremento de nuevos diagnósticos ¿Por dónde pasa? ¿Qué personas tienen la clave?
La administración sanitaria y la parte que le corresponde a la parte de la Hacienda Púbica deben hacerse cargo de poner en marcha los mecanismos que se han demostrado eficaces en la prevención de la transmisión. Deben hacerlo básicamente por tres razones: es bueno para la salud de la población, es rentable económicamente para el Estado a corto, medio y largo plazo, y, además, es su obligación. Hay dos medidas bien contrastadas que podrían controlar la epidemia en España: el diagnóstico y tratamiento de todas las personas infectadas y, mientras se logra ese gran objetivo, la utilización de medidas preventivas que, además de seguir con la educación y el preservativo, debe incluir la llamada profilaxis pre exposición. Para ello se cuenta con la colaboración del personal sanitario que atiende a personas con infección por VIH y a los colectivos y organizaciones comunitarias implicadas en el problema. No debiera hacer excusa para hacer algo que es tan sencillo y eficaz.
¿Existen razones para que se tenga miedo a hacerse la prueba o al estigma social de ser seropositivo todavía más fuertes que la propia necesidad de hacérsela?
Sigue habiendo miedo a conocerse infectado por VIH. El miedo tiene que ver mucho con el estigma social y en el entorno personal que están todavía fuertemente arraigados. Ocasionalmente hay personas que huyen de la realización de la prueba por el propio temor a la enfermedad, pero con los avances que hemos comentado estos son cada vez menos.
Como médico ¿Usted cree que las App de salud pueden ayudar a rebajar las cifras del sida?
Sin duda, fundamentalmente porque llegan de modo diferente a las personas más necesitadas y que mejor entienden el lenguaje que una app puede utilizar. Hay que pensar en joven para poder llegar al colectivo joven a riesgo de infección.
¿Por qué sigue siendo tan importante la lucha contra el sida?
La infección por el VIH sigue siendo un problema importante por varias razones. Se trata de un problema de salud importante. Aunque su mortalidad no es elevada (1% anual), sigue asociando una alta morbilidad, con la presencia frecuente de enfermedades asociadas. Por otro lado, supone recibir tratamiento de por vida con la toxicidad asociada a cualquier medicación que se administra. Aunque la medicación antirretroviral ha mejorado enormemente en tolerancia y baja toxicidad, no puede ignorarse este problema. Por último, supone un gasto enorme en fármacos y otros cuidados. Por todo ello, se debe mantener la alerta para disminuir al máximo la transmisión del VIH y la aparición de nuevos casos de infecciones.
Cada vez hay más información en asociaciones, centros sanitarios, hospitales, Internet, etc., pero los nuevos diagnósticos anuales no bajan ¿Qué provoca esta situación asimétrica?
La transmisión se produce por un mecanismo muy atávico, las relaciones sexuales, lo que convierte en difícil cual estrategia de control que dependa de la voluntad de las personas. A esa razón de base se suman otras que han sido importantes en los últimos años. Se ha adquirido conciencia de que la infección por VIH no es una enfermedad mortal, sino que, al contrario, se controla adecuadamente con una medicación eficaz y bien tolerada. Esto ha hecho disminuir los cuidados de prevención por parte de personas con prácticas de riesgo. Todo esto junto con el pensamiento frecuente de “a mí no me va a tocar”, determina que a pesar de la buena información de la que se dispone y a la que es fácil acceder se siga produciendo la transmisión frecuente del virus.
¿Qué les diría a todas esas personas se han ‘relajado’ debido a que el VIH ‘ya no es mortal’ y que han dejado de tomar precauciones debido a la cronificación, en muchos casos, de la enfermedad?
Hay dos aspectos sobre los que se debee reflexionar antes de exponerse a una conducta de riesgo sin las debidas precauciones. Es mejor estar sano sin medicación que tener que tomar medicación para estar sano. El estado de salud nunca será el mismo y la exposición a medicamentos, por buenos que sean, tiene sus riesgos. Por otro lado, las personas infectadas por VIH en tratamiento antirretroviral tienen escaso riesgo de transmitir la infección a sus parejas, pero mientras esa posibilidad no sea cero obliga a que las relaciones sexuales con sus parejas queridas tengan que verse, todavía, limitadas de algún modo por el riesgo de transmisión. Son dos buenas razones para intentar no infectarse.
¿En qué medida la tecnología han revolucionado la lucha contra el sida? ¿Y el desarrollo de nuevas vacunas?
La auténtica revolución en la lucha contra el sida ha sido la aparición del tratamiento antirretroviral y los excelentes medicamentos de los que disponemos. Ellos solos podrían ser, indicados en diferentes situaciones, suficiente para controlar la epidemia de infección por VIH en el mundo. Ha habido otros avances que han sido esenciales para que la historia esté siendo positiva. Sin la determinación de la carga viral, los estudios de resistencia y otros avances técnicos no habría sido posible alcanzar el progreso que se ha alcanzado. Las vacunas, tanto las que se pudieran utilizar para prevención como para tratamiento, están todavía lejos de ser una realidad, pero seguramente supondrán la solución definitiva para la enfermedad.
De uno a 10 ¿Cómo de lejos está la vacuna ahora mismo?
Si 0 es estar lejos y 10 es conseguir la vacuna, estamos en el 3.
La solución estatal para poner fin al incremento de nuevos diagnósticos ¿Por dónde pasa? ¿Qué personas tienen la clave?
La administración sanitaria y la parte que le corresponde a la parte de la Hacienda Púbica deben hacerse cargo de poner en marcha los mecanismos que se han demostrado eficaces en la prevención de la transmisión. Deben hacerlo básicamente por tres razones: es bueno para la salud de la población, es rentable económicamente para el Estado a corto, medio y largo plazo, y, además, es su obligación. Hay dos medidas bien contrastadas que podrían controlar la epidemia en España: el diagnóstico y tratamiento de todas las personas infectadas y, mientras se logra ese gran objetivo, la utilización de medidas preventivas que, además de seguir con la educación y el preservativo, debe incluir la llamada profilaxis pre exposición. Para ello se cuenta con la colaboración del personal sanitario que atiende a personas con infección por VIH y a los colectivos y organizaciones comunitarias implicadas en el problema. No debiera hacer excusa para hacer algo que es tan sencillo y eficaz.
¿Existen razones para que se tenga miedo a hacerse la prueba o al estigma social de ser seropositivo todavía más fuertes que la propia necesidad de hacérsela?
Sigue habiendo miedo a conocerse infectado por VIH. El miedo tiene que ver mucho con el estigma social y en el entorno personal que están todavía fuertemente arraigados. Ocasionalmente hay personas que huyen de la realización de la prueba por el propio temor a la enfermedad, pero con los avances que hemos comentado estos son cada vez menos.
Como médico ¿Usted cree que las App de salud pueden ayudar a rebajar las cifras del sida?
Sin duda, fundamentalmente porque llegan de modo diferente a las personas más necesitadas y que mejor entienden el lenguaje que una app puede utilizar. Hay que pensar en joven para poder llegar al colectivo joven a riesgo de infección.