Como en todos los ámbitos, habrá detractores o personas o comunidades poco convencidas del poder de la gamificación de cara a establecer un sistema sanitario apoyado por la tecnología. Para los que todavía no vean cuáles son los elementos que la gamificación puede ofrecer a un paciente, vamos a apuntar los que consideramos más importantes, y que justifican su necesidad y razón de ser:
1. Motivar
Un paciente motivado es un paciente que da un paso adelante para mejorar su salud. Para ello, la introducción de dinámicas de juego que mantengan vivo el interés del paciente por el mismo. Hay que intentar motivar al usuario con lo que tiene que hacer, y que lo vea como un camino fácil que quiere afrontar.
2. Retar
El hecho de ofrecer algo a cambio al paciente puede ser una de las claves para el éxito de una iniciativa de gamificación. El paciente tiene que ver un retorno de alguna manera, un desafío, una meta a la que llegar para conseguir algo, y así no solo motivarse (ya que puede llegar motivado) sin implicarse y marcarse objetivos. Aprender jugando es un reto, y debemos hacérselo ver al usuario final, segmentarlo si es necesario en partes. Buscar retos y nuevas experiencias les hará estar más motivados. Y viceversa. El reto puede ser un estímulo con mucho potencial: ya sea a través de puntos, premisos o clasificaciones.
3. Enseñar
No solo reta al paciente, y lo motiva. La gamificación también aprovecha esa sinergia positiva que ofrece al usuario final algo más: la capacidad de que aprenda con el proceso. Algo hasta ahora jamás pensado y que ofrece una forma inédita de aprender: jugando. Uno de los elementos más importantes, sin duda, que el usuario final (en muchos casos el paciente potencial) pueda aprender.
4. Sensibilizar
La sensibilización es una palabra muy bonita y que suena muy bien pero que no siempre se materializa, y no por ello es menos importante este elemento que el resto. Un entorno gamificado en el que el paciente sea activo es un canal perfecto para aprovechar las posibilidades de sensibilizar a los propios usuarios que forman parte de este proceso de gamificación, ofreciéndoles información que no solo les informe, sino que vaya más allá,y los conciencie. En horquillas de adolescentes y enfermedades concretas, la sensibilización puede ser muy clave para el llamado empoderamiento del paciente.
5. Impactar
Además de los cuatro elementos citados, la gamificación, para que tenga algún efecto positivo, tiene que ser capaz de impactar al paciente. No solo de motivarlo, y de hacerlo jugar a la vez que aprende, sino que debe ser capaz de producir un impacto en el usuario final para que éste sea capaz de cambiar o de aprehender u adquirir los nuevos conocimientos adquiridos en el proceso. Un proceso de gamificación carente de impacto, puede no tener efecto sobre el usuario final, digan lo que digan los impulsores de ese mismo proceso.
¿Conoces más elementos que puede aportar la gamificación? ¿Crees que estos cinco son fundamentales?
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3. Enseñar
No solo reta al paciente, y lo motiva. La gamificación también aprovecha esa sinergia positiva que ofrece al usuario final algo más: la capacidad de que aprenda con el proceso. Algo hasta ahora jamás pensado y que ofrece una forma inédita de aprender: jugando. Uno de los elementos más importantes, sin duda, que el usuario final (en muchos casos el paciente potencial) pueda aprender.
4. Sensibilizar
La sensibilización es una palabra muy bonita y que suena muy bien pero que no siempre se materializa, y no por ello es menos importante este elemento que el resto. Un entorno gamificado en el que el paciente sea activo es un canal perfecto para aprovechar las posibilidades de sensibilizar a los propios usuarios que forman parte de este proceso de gamificación, ofreciéndoles información que no solo les informe, sino que vaya más allá,y los conciencie. En horquillas de adolescentes y enfermedades concretas, la sensibilización puede ser muy clave para el llamado empoderamiento del paciente.
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