“El futuro no existe, el único futuro que hay es el mismo presente”. Una vez alguien me dijo esta afirmación mirándome a los ojos y se me quedó grabada a fuego en alguna parte de mi mente. Me descolocó, me hizo pensar. Y darle vueltas a las cosas suele ser positivo en la mayoría de las ocasiones, sobre todo cuando se hace buscando una respuesta. Una frase que me hizo dudar desde aquel momento hasta hoy. Siempre mirando hacia el futuro, ideando cómo sería, preparándome para él. Y cuando por fin creo que estoy preparado, una simple reflexión (o no) me hace darme cuenta de que ese futuro ansiado y para el que me he estado mentalizando durante mucho tiempo, no es más que el mismo presente.
La era tecnológica en la que vivimos sumergidos se adapta muy bien a esta frase. Muchas posibilidades, muchas nuevas herramientas, canales, opciones, tecnologías… Todo el mundo preparándose para un futuro que mejorará nuestras vidas, las hará más fáciles, más accesibles, pero que nunca sabemos cuándo llega exactamente. ¿El futuro es todos los días?
Este escenario que planteo sucede en muchos ámbitos. Uno de ellos es la venerada, codiciada y hasta hace poco cuidada sanidad. Y lo planteo a las puertas de una sanidad nueva, empoderada, deseosa de nuevos caminos que la ayuden a seguir siendo todos esos adjetivos que acabo de citar. Una sanidad empoderada, lo que se conoce como la eSalud, o lo que es lo mismo, la aplicación de la tecnología a la sanidad y todo lo que aquella hará por esta.
Si preguntas a cualquier experto en la materia sobre esta duda temporal te dirá que tendrá lugar muy pronto, justo cuando llegue “el futuro”. Ante esa respuesta, desde mi perspectiva cómo actor de la eSalud que ocupa el rol de comunicador y, a la vez, de paciente que se está empoderando, me surge otra pregunta: ¿No existe ya ese futuro de la sanidad que tanto se esperaba y del que tanto se habla?
Tanto centrarnos y focalizarnos a veces en ese supuesto futuro (que repito, si existe, algún día será el propio presente) no deja ver con claridad la importancia de las cosas que ya están sucediendo, el presente de las cosas, el presente de la eSalud. En definitiva, ese modelo con el que sueñan muchos y que para algunos, que se atreven y dan un paso adelante, ya es una realidad. Un presente, un futuro, pero actual. Su día a día en 2014 y no, por ejemplo, en 2015, por citar algún año del calendario próximo.
eSaludKnowmada: iniciativa pionera
Bienvenidos a ese futuro actual. De él os quiero hablar y de él habla este eBook denominado ‘eSalud para sanitarios’, escrito por un pediatra nada común en el presente, pero que será muy común en el futuro (para los que creen que sí existe). Hablo de Jesús Garrido.
Garrido es un pediatra al que me gusta calificar de “adelantado a su tiempo”. De eso doy fe. Y no lo doy porque sepa lo que va a pasar en el futuro, sino porque he visto cómo es capaz de implementar en su día a día profesional y actual cosas que la gente espera que sucedan en el futuro. Y usarlas. Y hacer que se usen. Y hacer que sus pacientes estén cada vez más contentos. Y que sean más y sepan más.
Para hacer esto, Garrido se basa en su propia experiencia personal no solo en la sanidad, sino también en Internet. Y aquí radica uno de sus puntos más importantes. En un modelo tradicional, un médico solo tenía que dominar un campo, el de la medicina. Formado para ello durante años de estudio y años de experiencias prácticas, si dominaba la medicina, tenía casi todo a su alcance para triunfar en la misma.
Sin embargo, la propia experiencia personal, a veces, no suele bastar. Y hoy día, con las TIC en nuestra mano, hace falta algo más. En la sanidad actual, un médico no solo necesita saber de medicina, sino que también tiene que saber de las TIC. Guste o no guste, es así. La tecnología, y por consiguiente, Internet, han democratizado tanto el mundo, que hay que dominarlos a ambos. ¿Por qué? Por una razón muy sencilla: los pacientes (lo más importante para un médico) han decidido que este nuevo canal va a ser muy importante para ellos. Por tanto, darle la espalda a este nuevo canal es darle la espalda a los pacientes. Y lo que es más, a sus necesidades. Y de forma indirecta, al progreso. Algo inviable para un médico que quiera ser buen médico. Al menos desde mi punto de vista de paciente que quiere ser paciente empoderado.
Algunos médicos (y este caso hablo de médicos, aunque sería extrapolable a otros actores sanitarios) han entendido el cambio de paradigma rápido y el cambio que puede suponer para ellos una revolución como Internet. No solo como mero canal informativo (un límite en el que de momento se quedan atrapados muchos), sino como herramienta para abarcar más y ser capaces de llegar a más pacientes, prestar un mejor servicio y, por supuesto, generar más ingresos, en este trinomio básico y necesario que significa trabajar en lo que te gusta, hacerlo con todos los recursos y garantías posibles y ser capaz de vivir de ello.
Y saber de este nuevo canal no es saber de redes sociales o tener un blog. Con eso no basta. Es mucho más. Es saber optimizar las nuevas herramientas. Saber identificar qué sirve y qué no sirve a un médico en su relación con el paciente. Saber leer las necesidades de un paciente no solo si se está sentado enfrente de él.
Esta labor es muy difícil, y experiencias de éxito, rigurosas, amplias en cuanto a impacto y de las que se pueda aprender, hay más bien pocas. Una experiencia de éxito no es un informe de una marca que dice lo que le interesa decir o lo que le han dicho que diga. Una experiencia de éxito son datos que avalen que lo que se está haciendo y cómo se está haciendo, beneficia a muchos usuarios finales. Son pacientes consumiendo un servicio de salud que les sirve. Y no a uno, ni a tres, ni a 300. Si me apuráis ni a 3.000. Sino a muchos.
Una experiencia de éxito puede ser más cosas. Puede ser saber divulgar, explicar, atender y prescribir fuera de ese espacio físico al que hemos estado acostumbrados desde siempre, que ahora no se excluye, sino que se complementa con otro nuevo espacio físico-virtual, o directamente virtual, que un médico no debe ver como un enemigo, sino como una nueva vía, una ventaja que aprovechar cuando quiera hacerlo. Y también es saber atraer a esos pacientes y a otros profesionales sanitarios a este nuevo espacio.
Siempre he pensado que el que no arriesga no gana, y que tomar un camino que puede parecer arriesgado puede traer más ganancias, espirituales y económicas, de las que se piensa de un principio, y puede ser un trabajo mucho más agradecido que quedarse en la zona de confort. El puericultor Jesús Garrido se atrevió a hacer algo diferente hace años, y aunque ahora parezca fácil tener sus visitas y posicionamiento online, no lo es. Sin embargo, su trabajo está dejando un surco, una pisada en la arena, una guía que seguir que se puede aprovechar y adaptar a cada uno.
Por eso os invito a todos los queráis arriesgar en vuestro camino profesional que hagáis algo que no está bien visto: copiarle. Sí, os animo a que le copiéis. No al pie de la letra, obviamente, pero a que hagáis vosotros lo que él se atreve a hacer adaptándolo a vuestras circunstancias. Aprendiendo, probando, encontrando vuestro propio lugar. Eso es precisamente lo que propone con este libro: tenderos una mano.
Garrido propone dar las herramientas, crear una hoja de ruta para que cualquier médico u otro profesional sanitario pueda demostrar que el futuro que pensaste o con el que un día soñaste, sea tu presente. Ahora solo tienes que decidir si estás dispuesto a hacerlo y a seguir ese pequeño gran rastro que está dejando en el futuro actual.
Prólogo del eBook 'eSalud para sanitarios', escrito por Javier J. Díaz, autor de 'La eSalud que queremos'.