La pregunta del millón en lo que hace referencia a los wearables en salud: ¿En qué radican el éxito de los wearables en la eSalud? ¿Tienes los actores de la eSalud claro dónde convergen sus necesidades son las soluciones que aporta la tecnología? ¿O de momento está siendo una tendencia más al uso y a esperar a ver qué sucede con ella? Tres preguntas sin respuesta aparente, pero que pueden ya tenerla.
Así de simple y así de complejo. Por poder, se puede estar hablando de wearables, y diseñándolos, y fabricándolos, e incluso implementándolos días y días, meses y meses, años y años. En cambio, no servirá de nada hacerlo y trabajar en ese sentido si no se tiene claro el punto en el que la tecnología wearable es útil y aporta algún beneficio al usuario intermedio y al final.
Wearables en la eSalud
Para responder a la pregunta que nos planteamos al inicio de este artículo debemos fijar dos puntos que son muy importantes para obtener una respuesta positiva, y que aunque no son ningún secreto, a veces parece que no se tienen en cuenta:
1. El primer punto es que un wearable debe centrar su función en la capacidad de aportar valor, tanto al usuario final, como al profesional sanitario. Si un wearable no aporta un valor añadido, la tecnología que usa y su desarrollo no tendrán ningún sentido, y por muy llamativo que sea, no tendrá razón de ser, o al menos no debería tenerla.
2. El segundo punto en el que nos centramos es la 'necesidad' de que responda a alguna 'necesidad' de los usuarios para los que va destinado. Es decir, si un wearable fabricado por la empresa de desarrollo más potente en eSalud, ideado por los profesionales sanitarios más cualificados, no responde a las necesidades de los pacientes, reales, en su día a día, no aportará una solución ni nada útil al usuario final, por lo que no tendrá tampoco razón de ser.
Si un wearable cuenta con estos dos pilares, el camino hacia que sea útil para todos los actores de la cadena de uso del mismo, incluyendo a los usuarios finales, podrán ver sus necesidades colmadas gracias a estos dispositivos, con lo que se justificaría su existencia, y se demostraría que su aporte tecnológico sí aporta algo más al proceso de todos los actores de la eSalud, haciéndolo útil para el usuario y dando un paso más hacia la usabilidad que deberían de tener.
En otras palabras, los wearables no solo sirven para medir variables y variables y transmitirlas a un móvil, sino que esas variables medidas, monotorizadas y almacenadas deben conseguir servir de algo a la organización sanitaria, profesional sanitario para que realice alguna función útil sobre el beneficiario final. En caso de no ser así ¿Qué sentido tiene?
¿Qué opináis de esta reflexión? ¿Creéis que es muy extremista? ¿Los wearables están en un periodo de prueba y hay que darles más cancha?
CONSULTA EL RESTO DE LA CUATRILOGÍA WEARABLE