Las redes sociales de las instituciones sanitarias ¿Realmente audaces? (II)

¿Son las redes sociales de las instituciones sanitarias realmente audaces para conseguir que sus mensajes impacten? Así concluíamos ayer la primera parte de nuestro artículo en el que intentábamos analizar si realmente se podría arriesgar un poco más, innovar, atreverse a cambiar el tono utilizado o acercarse más a los usuarios de las redes sociales de las instituciones sanitarias españolas.

Cuando hablamos de instituciones sanitarias españolas nos referimos a hospitales públicos, hospitales privados, clínicas, órganos de gobierno como Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Secretarías Generales, Delegaciones de Gobierno, Direcciones Generales, etc. 




La mayoría de ellas tienes una amplia presencia en Internet, a través de los nuevos canales como son algunas redes sociales. Sin embargo, en casi todos los casos, la presencia es exclusivamente para cumplir el expediente. Su forma de comunicar, de aportar y de lanzar el mensaje no va más allá del mensaje tradicional y es incapaz de adaptar el mensaje por un lado a los nuevos canales, y por otro, a los usuarios que están en ellos. Sigue habiendo esa distancia pre TIC, que las TIC han echado abajo en muchos casos. Sigue habiendo ese miedo a hacer algo que reciba alguna crítica. 

Falta de...

Quitando algunos casos muy contados (sobre todo en hospitales privados y alguno que otro público), en la mayoría de instituciones sanitarias españolas se ha volcado sus comunicaciones en las redes sociales, sin noticias de ningún tipo de innovación en la forma de comunicar. ¿Falta de audacia? ¿Falta de confiar en un equipo que lo haga? ¿Falta de recursos? ¿Falta de ganas? ¿Indiferencia? 



En la mayoría de las ocasiones falta un lenguaje más cercano al que en verdad necesita el usuario y se carece de una vocación de atención al cliente, en este caso, al usuario, que con tanta utilidad ofrecen las redes sociales en otros ámbitos. Muchas de las instituciones sanitarias se limitan a cumplir el expediente o a limitar el tipo de información que ofrecen realizando un filtro pensado más que para ellos y poniendo muy cara la interacción, y por tanto el debate, la razón de ser de las redes sociales, yéndose al lado contrario de donde deberían estar y convirtiéndose en emisores de mensajes no focalizados en sus usuarios. Algo que, sinceramente, no se entiende. 

Esto no es algo nuevo, pasaba hace algunos años, y sigue pasando, aunque ligeramente en mejor medida, en las instituciones sanitarias españolas. Es más, cuando alguien o algo intenta innovar o llevar a la institución a ese campo de batalla, le ponen el dedo encima y lo señalan, lo apartan o le niegan la entrada por esa puerta, antes ni siquiera de poder demostrar todo lo que se puede hacer que no se está haciendo. ¿Es esta la dirección correcta? ¿Viven en una zona de confort desde que se insertaron en redes sociales

Como siempre, la reflexión es vuestra.