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Tecnologías al servicio del paciente para que gestione de forma integral su salud: el caso ClepIO

En plena era tecnológica, donde los modelos tradicionales de salud presentan cada vez más alternativas adaptadas gracias a las nuevas necesidades surgidas a raíz de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC), una de las principales ventajas es el poder que esta revolución le ha otorgado directamente al paciente: le ha puesto en la palma de la mano la capacidad para gestionar su propia salud.

La rutina habitual de un paciente se ha visto reforzada con muchas nuevas herramientas (servicios web, Apps, dispositivos wearables, etc.) que le permiten complementar su propio cuidado, es decir, mejorar la gestión de su salud convirtiéndola en una autogestión sin precedentes y que parece no tener freno.

¿Qué se puede hacer para que se tenga más en cuenta al paciente en la era TIC? 10 propuestas


¿Se tiene en cuenta al paciente todo lo que se debería? Muchas voces predican el Sí rotundo, otras señalan el No crítico, ya que, según explican, el paciente nunca ha estado en el centro, aunque ahora se le ponga en todos los discursos y a pesar del creciente protagonismo gracias a las TIC. Hoy, junto con la Fundación Más Qué Ideas queremos proponer algunas acciones que se pueden llevar a cabo para que se tenga más en cuenta al paciente propiciadas por los nuevos entornos, que es de lo que se trata.  

1. Crear nuevos canales de comunicación con los propios médicos y con todos los agentes sociosanitarios o mejorar algunas herramientas que ya están instaladas y se usan para eso. 
2. Crear puntos de encuentro reales de diálogo como foros entre profesionales o pacientes para dialogar con ellos y buscar soluciones entre todos. 
3. Promover la participación social para concienciar, educar y sensibilizar sobre las posibilidades del paciente con las nuevas tecnologías. 

4. Promover la participación del paciente en el ámbito de la investigación para adecuar las líneas de estudio a las necesidades de las personas. 
5. Actualizar la información respecto las necesidades de pacientes crónicos. El paciente crónico vive más años y hay que cubrir necesidades que no se cubren actualmente, definiendo ciertos protocolos debido a que hay nuevas necesidades que antes no existían.

Paciente empoderado ¿Quién es y qué función debe realizar?

Uno de los conceptos que han traído los nuevos canales propiciados por las TIC a los pacientes ha sido un término que acompaña desde hace unos años al paciente y levanta cierta controversia a la hora de definirlo, el denominado 'paciente empoderado'. 

Pero ¿Quién es exactamente el paciente empoderado? ¿Qué función debe realizar? Existen bastantes debates, documentos y webs que hablan de ellos, afirman y matizan la definición de qué son y quiénes se pueden considerar como tales desde hace ya algunos años. 

El término, que ya existía como tal antes de la llegada de las TIC, alude al nuevo rol activo del paciente con respeto a la gestión de su salud, en una época en la que existen miles de webs y apps destinados a ayudarle en esa gestión. Este hecho ha cambiado su mínima participación dentro del sistema sanitario pre TIC y lo ha ligado a un cambio de mentalidad total en la que el paciente toma un papel más proactivo. Por tanto, las TIC dan la posibilidad al paciente tradicional de participar en las decisiones sobre su salud de una forma más activa que antes de que las nuevas tecnologías existieran. 








Sin embargo, existen puntos que generan debate y división de opiniones. Por ejemplo, el hecho de tener información y estar formado no da obligatoriamente la potestad de cuestionar todo ni de sentar cátedra, pero sí de acompañar en el manejo a la enfermedad.

Ensayos sobre la eSalud: Los nuevos canales para el paciente ¿Igual de válidos?

Aunque a veces no somos conscientes de ello, en apenas unos años la tecnología ha revolucionado nuestras vidas, y por consiguiente, nuestro comportamiento. A la vez, Internet ha democratizado el mundo virtual (ya que el real por desgracia sigue sin estar tan democratizado como debería) en el que tantos usuarios dan rienda suelta tanto a sus pensamientos como a sus necesidades.

Hablando de necesidades, una de las cosas que más ha conseguido la tecnología aplicada a la salud ha sido poner encima de la mesa las verdaderas necesidades de los pacientes, en este caso, las han puesto ellos mismos gracias a las herramientas que le han otorgado. Esta situación ha hecho que los canales tradicionales en los que se veían médico y paciente, se dupliquen, guste o no a muchos actores sanitarios. Por tanto, al pregunta que nos hacemos es ¿Son válidos estos nuevos canales que la eSalud ha proporcinado para los pacientes y los ePacientes?

Para responderla, primero de todo, debemos responder a otra: ¿Dónde se ven ahora médico y paciente además de la vía tradicional que se había seguido hasta la irrupción de la tecnología? Está claro que para responder a esta pregunta, la primera respuesta que se te viene a la cabeza si estás dentro del porcentaje de población con acceso a Internet es en la propia red. Sin embargo, hoy día, Internet es tan amplio que necesitamos (y vamos) acotar esos canales.  

Un canal que se ha destapado como muy interesante para los pacientes ha sido el espacio que han ofrecido las redes sociales. Sí, Facebook, Twitter, Google + y otras redes sociales han supuesto una auténtica autopista abierta para el paciente, que puede buscar, localizar y preguntar directamente a médicos, terapeutas u actores sanitarios, sin tener que recurrir a intermediarios, y ni mucho menos, sin tener que moverse físicamente. Esto ha hecho que algunos de los propios actores sanitarios se hayan adaptado a estos canales para dar una mejor respuesta.

Otro canales

Otro canal de máxima relevancia, que venía ya desde hace algunos años consolidándose, es el de la blogosfera como punto de encuentro entre unos y otros. Los pacientes han mostrado el interés por información médica de calidad, y muchos profesionales sanitarios y empresas lo  están haciendo ya desde hace tiempo a través de blogs, conformando lo que se denomina como la blogosfera sanitaria. Dentro de esa blogosfera el paciente no solo puede acceder al médico, por ejemplo, sino también que este puede anticiparse a él, y ofrecer la información que el paciente puede necesitar. La ventaja que la blogosfera le llevaba a las Redes Sociales debido a su previo nacimiento le ha servido para atraer a gran número de ellos, que bucean encontrando el rincón en Internet que les resuelva las dudas.

Un tercer canal que ha explotado en los últimos 24 meses ha sido el de la tecnología móvil a través de las aplicaciones sanitarias. Quizás carece de la vertiente social de los otros dos, y a pesar de la cantidad de Apps que existen (trillones, y aquí creo que no estoy exagerando), todavía no goza de tanta fiabilidad por parte del paciente ni de los propios profesionales sanitarios en muchos casos. Además de acusar una falta de legislación, su talón de Aquiles ahora mismo, contra el que está compitiendo a la vez que pone techo a una burbuja, que muy posiblemente se tendrá que aclarar.

Otro canal no tan popular ni tan implantado (o al menos no con tanta masificación) es el qeu han habilitado las consultas online. Pero matizamos mucho esta afirmación, porque este canal puede incluirse dentro de los citados y ser a la vez un subcanal. La consulta online se puede hacer por una red social, por un blog, por una App o por la propia mensajería electrónica (email) o por otro soporte (videoconferencia, Skype, etc.), pero… ¿Tendrá toda la seguridad que puede tener una consulta tradicional con un médico o una gestión con una organización sanitaria? ¿Es capaz de estar a ese nivel?


Si hacemos esa consulta a través de una cuenta de Twitter, posiblemente no. Si lo hacemos a través de un mail de Gmail, posiblemente tampoco. Y si utilizamos una App sanitaria sin saber quién está detrás, aún menos. Sin embargo, la consulta online puede ser un muy buen canal para mejorar la relación entre médico y paciente si se hace a través de los soportes adecuados con las formas adecuadas, en los que prevalezca la seguridad por ambas partes, tanto por el médico, como por el paciente.










Usabilidad

Decidir cuál de estos nuevos canales es mejor o peor sin tener en cuenta factores relativos a la seguridad, privacidad, profesionalidad y seguridad del paciente posiblemente sería cometer un error inicial que viciara un proceso que todavía no está cerrado. El éxito de cada canal debe estar en su propio uso y en saber identificar los riesgos que puede entrañar cada uno, para salvarlos.

Actualmente, el camino de la usabilidad de estos canales lo está marcando claramente el paciente y está obligando a los propios actores sanitarios a adecuarse a ellos si quieren dar una atención adecuada a las necesidades del paciente. En este punto, la importancia de hacerlo se triplica en la sanidad privada, que debe acertar para llegar más y mejor a esos pacientes, por su posible conversión a usuarios futuros, o lo que es lo mismo, ingresos.

Se podría decir que estos son los nuevos canales más llamativos de la salud para el ePaciente, pero realmente lo son también para el paciente tradicional, siempre y cuando los quiera usar, y sin tener que ser en sus 360ª un ePaciente de libro, o para ir más acorde con el término, de eBook.