Uno de los discursos más coherentes, argumentados y con propiedad sobre salud y tecnología en nuestro país es posiblemente el de Fran Sánchez Laguna. Su doble vertiente médico-informática le hace comprender no solo las necesidades médicas del paciente, sino las tecnológicas, por lo que recalca la necesidad de tenderle puentes a unos y a otros para acabar con la brecha digital actual.
En la era tecnológica en la que vivimos ¿Cuál es la principal ventaja de ser un médico con tantos conocimientos en informática?
Tener conocimientos sobre tecnologías de la información nos ayuda a saber qué pueden hacer éstas por nosotros y hasta dónde pueden llegar. De esta forma, nuestra relación con los sistemas de información será más eficiente y seremos capaces de pensar en nuevos usos que sean alcanzables y en cuya planificación podremos ayudar mejor. Además, nuestra comunicación con otros perfiles profesionales (los relacionados con los sistemas de información) será mejor, pues podremos manejar adecuadamente conceptos técnicos ajenos (en principio) a nuestra profesión.
¿Cómo puede ayudar un profesional sanitario a un paciente en la búsqueda de información sanitaria en menos de 2 minutos? ¿Eso es posible?
En primer lugar, no teniendo una actitud desconfiada o defensiva. Es normal que los pacientes quieran saber sobre su enfermedad y es bueno que tengan un papel activo en la búsqueda de información. Eso sí, debemos transmitirle el sentido crítico necesario para saber dónde y cómo buscarla. Aunque esto es algo que requiere tiempo y una buena relación profesional-paciente. Esto no es óbice para poder ofrecer buena información en un par de minutos. Conocer páginas web con información contrastada y adaptada para pacientes nos ayudará cuando tengamos poco tiempo para ofrecer un consejo web. Siempre me gusta poner el ejemplo de MedLine Plus, página web que podemos recomendar a los pacientes con total tranquilidad.
"Hacer un buen uso de las nuevas tecnologías puede hacer a los médicos profesionales más eficientes y que presten mejor cuidado"
De 1 a 10, ¿en qué punto crees que es necesaria la formación en nuevas tecnologías para los médicos? ¿Y para los pacientes?
Por ser coherente con mi postura sobre la necesidad de una relación simétrica, en la que paciente y profesional comparten información para que el primero tome decisiones informadas sobre su salud, tengo que dar la misma nota en ambos casos: un 7. Aunque cada perfil tiene sus matices. Para los profesionales sanitarios, el uso de tecnologías de la información va a ser algo obligado en su práctica profesional. Aunque no sea lo más importante de su profesión (pues no debemos olvidar que somos personas trabajando con personas), es cierto que hacer un buen uso de las mismas puede hacerles profesionales más eficientes y que presten un mejor cuidado. Por tanto, tener una formación adecuada es muy importante y, bajo mi punto de vista, debería estar incluida en la formación universitaria (como poco). Desde el punto de vista de los pacientes, quizás la tecnología no sea lo primero en lo que piensan cuando se trata de su enfermedad. Pero también es cierto que una adecuada información y la implicación en el cuidado de su salud son fundamentales. Las tecnologías de la información pueden ser muy útiles y deben saber manejarlas correctamente para saber detectar información de calidad y adecuada para ellos. También pueden ser una herramienta inestimable para mejorar la comunicación con sus profesionales de la salud. En este sentido, formación y concienciación son muy importantes también. Me gustaría hacer mención en este apartado a la iniciativa Cibervoluntarios, cuyo foco es formar a los ciudadanos en el correcto uso de estas “nuevas” tecnologías.
Cuando ves lo fácil que es acceder a cualquier información médica sin contrastar en Google ¿Te preocupas mucho o crees que hay solución para filtrar eso?
Me preocupa más que las personas no sepan consumir información o que no tengan un sentido crítico adecuado para discernir qué merece crédito y qué no. Fuentes de información sobre salud incorrectas siempre han existido: profesionales (sanitarios o no) que opinan temerariamente sobre lo que no dominan, el típico amigo “sabelotodo” que no sabe nada, información comercial no del todo bien intencionada… la cuestión es saber identificarlo y actuar en consecuencia. Es cierto que los grandes buscadores como Google pueden potenciar mucho estas fuentes inadecuadas y que las tecnologías de la comunicación pueden dar mayor voz y expansión a gente que, sin merecerlo por su calidad científica, saben manejar los algoritmos de posicionamiento de los buscadores a su conveniencia. Pero también creo que estos buscadores trabajan continuamente para mejorar sus algoritmos y ofrecer siempre la mejor información posible porque, si no lo hacen así, los propios usuarios dejarán de usar sus servicios. Con todo, y volviendo a hacer referencia a preguntas anteriores, la formación y concienciación vuelven a ser fundamentales para que las personas sepan buscar y consumir información sobre salud en la web. Y, por supuesto, debemos ser los profesionales sanitarios los que les guiemos en la búsqueda de esta información, para lo que nosotros también deberemos estar adecuadamente formados.
"La formación y concienciación son fundamentales para que las personas sepan buscar información sobre salud en la web"
¿Qué puede hacer el médico hoy día para evitar que el paciente se vuelva loco en el universo de información médica de Internet?
En primer lugar, tener una actitud abierta y comprensiva ante las personas que acudan con información que han buscado por su cuenta. En caso de que ésta sea adecuada, confirmárselo y ofrecernos para ocasiones posteriores. Y en caso de que sea inadecuada, ayudarles a entender por qué lo es y enseñarles a buscar la información que necesitan. Para ello, debemos conocer bien fuentes con información veraz y adecuada al perfil de cada uno de sus pacientes (no se puede recomendar la misma web a todas las personas). Y, por supuesto, debemos saber transmitir adecuadamente esta información. A algunas personas les valdrá con que les mandemos una dirección web por Whatsapp. A otras, deberemos ayudarlas algo más… incluso, ¿por qué no? Imprimírsela, llegado el momento.
Las Google Glass, ¿te parecen un inventazo revolucionario que marcará época o algo que en breve engrosará un inventario de ideas? ¿Por qué?
Es una pregunta en la que tengo una respuesta ambigua. Si preguntas a mi yo tecnológico, te diré que me parecen un invento con mucho potencial. De hecho, he escrito algunas entradas en mi blog con ideas para las gafas Google (por poner dos ejemplos: formación/consulta médica “in vivo” y gestión de grandes catástrofes). Si preguntas a mi yo científico, te diré que aún le queda por demostrar su verdadero potencial y que no estoy seguro de que vayan a ser un hito en la salud a corto-medio plazo… hay otras cosas muchos más importantes a las que prestar atención antes. Eso sí, seguro que tendrá influencia en el desarrollo tecnológico futuro. Al fin y al cabo, estar mirando y tocando una pantalla no es lo más natural, ¿verdad? Que los sistemas empiecen a estar muy integrados en nuestra forma de vida es el paso evidente… ¿Serán gafas? ¿Serán lentillas? ¿Serán proyecciones holográficas? ¿Algún tipo de implante? Sólo el tiempo nos lo dirá… y nosotros que lo veamos.
"La carpeta de salud debería haber sido una apuesta nacional liderada por el Ministerio e impulsada por las Comunidades"
La carpeta de salud online ¿Tiene el futuro negro o simplemente le cuesta arrancar?
Desde mi punto de vista, el principal problema de la carpeta de salud es que se ha convertido en una carrera por ver quién saca la suya primero. No puede ser que estemos en el siglo XXI, hablando de integración europea en lo que respecta a información de la salud y que sigamos manteniendo los “chiringuitos” de sistemas de información. La carpeta de salud debería haber sido (de una vez por todas) una apuesta nacional liderada por el Ministerio (que si no, no sé qué hace) e impulsada por las Comunidades (sin zancadillas ni oportunismos). Sólo así se sentarían las bases para tener un buen producto. Lo que he visto hasta ahora no me termina de convencer. Se han quedado en lo superficial, bajo mi punto de vista, con inversiones monstruosas para un uso ridículo por parte de los ciudadanos. "Creo que la carpeta de salud debería ser la herramienta para que ciudadanos, profesionales sanitarios (tanto del sistema público como privado) y otros profesionales no sanitarios pero relacionados con la salud pudieran comunicarse y compartir información. Y, por supuesto, sería el ciudadano el que decidiera quién accede a qué y cuándo.
Cómo médico ¿Crees que el sistema sanitario español está preparado para asimilar todos los avances que la tecnología puede facilitarle?
A nivel de instituciones individuales (como suelo decir “de gerente para abajo”) creo que están sobradamente preparadas. Tenemos unos magníficos profesionales que saben muy bien lo que necesitan para realizar su trabajo de manera eficiente y cómo la tecnología puede ayudarles (si les dejan). Y aquí llega la cruz de mi respuesta. Los que creo que no están preparados son los estamentos “superiores” (por llamarlos de alguna forma). Son los estamentos políticos los que no veo nada preparados para liderar el cambio. Hay demasiado intereses y lobbies que modulan decisiones muy importantes y que tienen como consecuencia dispendios económicos y futuras cautividades tecnológicas. Cuando hablamos de formación y concienciación de nuestros profesionales, quizás deberíamos dar un par de clases antes a los que toman las decisiones de verdad, ¿no creéis?