El proceso de instauración de la
tecnología aplicada a la información y la comunicación (las denominadas TICs)
en la vida cotidiana está siendo lento, pero avanza en una interesante,
creativa y, a veces, demasiado costosa, línea in crescendo. En esta curvatura existe un factor muy importante que
posiblemente explique la razón por lo que a la eHealth le está costando despegar: el acceso a Internet.
El uso de Internet por edades de
la población española que tiene entre 16 y 74 años era a finales del año pasado
del 71%. Es decir, en líneas generales, 7 de cada 10 españoles utilizan
Internet a diario. Con este dato en la mano parece muy raro que procesos como
la consulta o la cita online no estén todavía implantadas y asimiladas en un
alto grado tanto por los médicos como los pacientes.
Franjas de edad
Sin embargo, si analizamos este
dato por franjas de edad, se desvelan algunos detalles que pueden explicar por
qué todavía cuesta tanto dar ese paso del modelo tradicional sanitario a un
modelo 2.0 apoyado por las TICs. Por ejemplo, los españoles que tienen entre 16
y 24 años se pueden considerar casi nativos de la tecnología. Casi el 100% de
esta franja de edad tiene acceso a Internet a diario. El porcentaje disminuye muy
ligeramente si nos fijamos en la franja que va 25 a 34 años, y se sitúa en un
92%. A pesar de este leve descenso, podríamos considerar que los españoles de entre
16 y 34 años son prácticamente nativos de Internet.
Sin embargo, a partir de los 35
hasta 44 años, el porcentaje de personas que utiliza Internet empieza a bajar y
se sitúa en un 84%. Si nos vamos a la siguiente franja de edad (de 45 a 54
años) desciende al 70%; baja 42% para las personas de 55 a 65 años; y no llega
a un 20% para los que tienen entre 65 a 74.
Con estos datos en la mano
podemos llegar a una conclusión muy clara. A partir de los 45 años el uso de
Internet ya no es tan habitual y a partir de los 55 es más bien escaso para
pasar a un uso muy reducido en los 65. En esta tesitura, sólo hay que fijarse
en el envejecimiento de la población española para entender que un porcentaje
grande de los españoles que acuden a utilizar un servicio sanitario están por
encima de los 45 años. Y por tanto, tiene un acceso limitado a Internet.
Relación médico-paciente
Esto se traduce en que, por una
parte, tenemos a un número importante de profesionales sanitarios que todavía
son reacios, por ejemplo, a realizar consultas online o les cuesta implantar
citas online, incluso gestionar su propia web. Cierto es que cada vez son más
los médicos que deciden dar un paso al frente e involucrarse con la web
interactiva, pero la realidad es que los que están revolucionando la
blogosfera, todavía son minoría.
En la otra cara de la moneda
están los pacientes, sobre todo los más mayores, que también prefieren seguir
optando por los métodos más tradicionales. La razón lógica apunta a la barrera
infranqueable que les supones no tener acceso a la tecnología, en este caso, a
Internet. Sin embargo, en este punto, sí que existen una gran cantidad de
usuarios de servicios de salud que, por su juventud, están muy habituados al
uso de Internet y que ven en la revolución tecnológica que está calando cada
vez más en la sanidad como una vía para ahorrar costes y mejorar el servicio
que reciben personalizándolo a su estilo de vida. Entre ellos, tenemos a una
enorme generación de padres que han visto como el cuidado de sus hijos se puede
ver agilizado por algunas aplicaciones o sistemas que le permiten estar
conectados cuando ellos quieran y donde ellos quieran con su médico o le pueden
dar acceso a muchísima información muy fiable.
En esta relación entre médico y
paciente en Internet existen ahora mismo más pacientes demandando información
en la Red a través de foros o aplicaciones que profesionales sanitarios
respondiendo a ella. La razón quizás resida en que durante muchos años el
sistema sanitario español ha funcionado de una forma concreta y ciertamente correcta
(si lo comparamos con otros sistemas sanitarios). Cambiar eso ahora, a pesar de
la crisis que vive la sanidad, en apenas meses, es algo que se antoja
complicado. Se están dando pequeños pasitos, pero todavía queda mucho camino,
porque como dijo el Dr. Salvador Casado hace unos meses, “se están cambiando muchas cosas, pero
todavía quedan muchas por cambiar porque en el mundo sanitario hay mucho
analfabetismo digital”.