La telemedicina es uno de los pilares de la tecnología aplicada a la salud, y una de las áreas que más está avanzando tras la irrupción de las TIC hace unos años. En la nueva era tecnológica, la denominada telemedicina, es decir, un acto médico realizado a distancia, ha ganado mucho protagonismo y ha ampliado sus fronteras gracias a los nuevos entornos.
Pero, ¿qué es telemedicina y qué no? Un acto médico entre el profesional sanitario y paciente por medio de algún sistema telemático, sin que los actores no compartan un mismo espacio físico, aunque sí una misma dimensión temporal. Una forma sencilla y directa de definirla es calificarla como "medicina a distancia".
Si analizamos el término, el prefijo 'tele' (lejos, procedente del griego) ya hace referencia a esa distancia entre el sanitario y el paciente. Todo lo que suceda en un contexto sanitario con dos personas (sanitarios, pacientes, etc.) en un mismo lugar físico, no se puede ser considerado como telemedicina.
De hecho, el propio propio concepto hace referencia al diagnóstico, tratamiento y seguimiento de un servicio de salud a distancia y permitiendo que un sanitario resuelva una duda, realice una consulta o ejecute un acto médico con un paciente o con otro profesional sanitario sin estar compartiendo el mismo espacio físico.
Por tanto, la telemedicina implica varios servicios que no exigen que tanto emisor como receptor compartan lugar físico, y que se pueden agrupar en cinco grandes áreas como son las siguientes:
Telemedicina ¿actual?
Aunque puede parecer que la telemedicina es relativamente reciente y su auge esté muy relacionada con las TIC, lo cierto es que las nuevas tecnologías lo que han hecho ha sido dotarla de más soportes y multiplicar su impacto. La historia apunta que la telemedicina tiene antecedentes en el siglo pasado, y se puede considerar que prácticamente se inició cuando se inventaron otros inventos, como el teléfono o la radio, a finales del siglo XIX, aunque se empezó a utilizar como tal en el primer tercio del siglo XX, según se puede leer en este enlace.
Por tanto, la telemedicina juega un rol clave para mejorar la sostenibilidad de la salud del propio sistema sanitario, tanto a nivel país, como a nivel global, no siendo una solución única a todos los problemas del propio sistema por sí sola, pero sí un soporte o herramienta útil para que todos los actores del mundo de la salud puedan beneficiarse en algún momento y en algún aspecto de ella, con trascendencia para el resto.
El objetivo último de la telemedicina es conseguir mejorar la calidad en la atención del paciente, que gracias a las TIC está impulsando muchos proyectos de eSalud, y tangibilizándose en casos reales que benefician a pacientes, y complementándose con la eHealth en los cuidados sanitarios asistidos tecnológicamente.
Pero, ¿qué es telemedicina y qué no? Un acto médico entre el profesional sanitario y paciente por medio de algún sistema telemático, sin que los actores no compartan un mismo espacio físico, aunque sí una misma dimensión temporal. Una forma sencilla y directa de definirla es calificarla como "medicina a distancia".
Si analizamos el término, el prefijo 'tele' (lejos, procedente del griego) ya hace referencia a esa distancia entre el sanitario y el paciente. Todo lo que suceda en un contexto sanitario con dos personas (sanitarios, pacientes, etc.) en un mismo lugar físico, no se puede ser considerado como telemedicina.
De hecho, el propio propio concepto hace referencia al diagnóstico, tratamiento y seguimiento de un servicio de salud a distancia y permitiendo que un sanitario resuelva una duda, realice una consulta o ejecute un acto médico con un paciente o con otro profesional sanitario sin estar compartiendo el mismo espacio físico.
Por tanto, la telemedicina implica varios servicios que no exigen que tanto emisor como receptor compartan lugar físico, y que se pueden agrupar en cinco grandes áreas como son las siguientes:
- Diagnósticos inmediatos por parte de un facultativo.
- Seguimiento de tratamiento y evolución de pacientes.
- Educación remota de alumnos de las escuelas de enfermería y medicina.
- Archivo digital de pruebas como exámenes radiológicos, etc.
- Atención de un especialista para obtener una segunda opinión.
Telemedicina ¿actual?
Aunque puede parecer que la telemedicina es relativamente reciente y su auge esté muy relacionada con las TIC, lo cierto es que las nuevas tecnologías lo que han hecho ha sido dotarla de más soportes y multiplicar su impacto. La historia apunta que la telemedicina tiene antecedentes en el siglo pasado, y se puede considerar que prácticamente se inició cuando se inventaron otros inventos, como el teléfono o la radio, a finales del siglo XIX, aunque se empezó a utilizar como tal en el primer tercio del siglo XX, según se puede leer en este enlace.
Por tanto, la telemedicina juega un rol clave para mejorar la sostenibilidad de la salud del propio sistema sanitario, tanto a nivel país, como a nivel global, no siendo una solución única a todos los problemas del propio sistema por sí sola, pero sí un soporte o herramienta útil para que todos los actores del mundo de la salud puedan beneficiarse en algún momento y en algún aspecto de ella, con trascendencia para el resto.
El objetivo último de la telemedicina es conseguir mejorar la calidad en la atención del paciente, que gracias a las TIC está impulsando muchos proyectos de eSalud, y tangibilizándose en casos reales que benefician a pacientes, y complementándose con la eHealth en los cuidados sanitarios asistidos tecnológicamente.