El engagement es uno de esos términos anglosajones que muchas personas han adaptado para definir situaciones y necesidades de su día a día en su voz inglesa antes que utilizar lo que realmente significa al traducirlo: el compromiso. Un engagement del que se habla mucho en los últimos años en el campo de la eSalud, donde se busca conectar a la organización sanitaria y al paciente en todos los entornos posibles en los que se dan cita, desde redes sociales, webs, Apps y otros lugares creados por las TIC y en los que se puede establecer una relación que mejore la relación entre uno y otro y aporte beneficios.
Tras ya varios años trabajando en este sentido ¿Por qué todavía falla el engagement entre organizaciones y usuarios finales (grupos de pacientes) en la eSalud? ¿Qué es lo que no permite esa conectividad que cree una relación motivada y con fidelidad entre ambos, en la que exista un compromiso bidireccional? Algo ha fallado todo este tiempo en muchos aspectos, traducido, por ejemplo, en Apps sin descargas (o con descargas pero que no se usan) o en plataformas de pacientes en las que hay de todo menos interactuación de pacientes, que es el objetivo inicial para el que se crearon.